Consejos para motivar a los menores a hacer sus deberes
Motivar a los menores a hacer sus deberes requiere establecer una rutina clara y consistente, ofrecer recompensas por logros y hacer que las tareas sean interesantes. Es clave involucrarlos en el proceso, mostrando cómo los deberes contribuyen a sus metas.
Rakel Calzada
1/5/20253 min read


La Importancia de la Motivación
Motivar a los menores para que hagan sus deberes no solo es crucial para su desempeño académico, sino que también ayuda a desarrollar hábitos que les servirán a lo largo de toda su vida. Muchas veces, los niños y adolescentes pueden sentirse abrumados por la cantidad de tareas y no saben por dónde empezar. Por eso, es esencial encontrar formas creativas de incentivarlos a que se comprometan con sus estudios.
DEBERES EN EL COLE
¿UN BENEFICIO O UNA CARGA?
Los deberes escolares son una práctica común en la mayoría de los sistemas educativos del mundo. A menudo se ven como una forma de reforzar el aprendizaje y de preparar a los estudiantes para las evaluaciones. Sin embargo, hay una creciente preocupación en torno a si los deberes escolares son realmente efectivos y beneficiosos para los estudiantes.
Los deberes escolares pueden tener algunos beneficios, pero también hay muchos argumentos en contra de ellos. En primer lugar, es cierto que los deberes pueden ser una herramienta útil para ayudar a los estudiantes a repasar lo que han aprendido en clase. También pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades de estudio y organización, y a prepararlos para futuras evaluaciones.
Sin embargo, hay varias desventajas de los deberes escolares que no se pueden ignorar. En primer lugar, los deberes pueden ser estresantes y pueden afectar la salud mental y física de los estudiantes. Los estudiantes pueden sentirse abrumados por la cantidad de deberes que tienen que hacer, y esto puede llevar a la ansiedad y al estrés.
Además, los deberes pueden limitar el tiempo que los estudiantes tienen para actividades extracurriculares, deportes y otras formas de aprendizaje. Esto puede ser especialmente problemático para los estudiantes que tienen intereses y talentos fuera del aula, pero que no tienen tiempo para perseguirlos debido a los deberes escolares.
En fin, aunque los deberes escolares tienen sus ventajas, en mi opinión, los costos son más altos que los beneficios. Los deberes pueden ser tan estresantes como intentar enseñar a tu gato a usar el baño, limitar las oportunidades de aprender fuera del aula (como dominar el arte de hacer zapping) y perpetuar las desigualdades académicas (¡gracias, álgebra!). Por eso, creo que los educadores y los padres deberían reconsiderar si vale la pena llenar las mochilas de tareas y buscar alternativas más efectivas para mejorar el aprendizaje y el rendimiento académico de los estudiantes. ¿Tal vez más recreo y menos hojas de cálculo? ¡Solo una idea!
Las rutinas son tan importantes para los niños como el café para los adultos: ¡son lo que mantiene todo en orden y funcionando! Cuando los peques saben qué esperar, se sienten más seguros y pueden concentrarse mejor en sus travesuras diarias.
Crea un Ambiente de Estudio Atractivo
Un ambiente adecuado para estudiar puede hacer maravillas en la motivación de los menores. Asegúrate de que tengan un espacio designado, ordenado y bien iluminado para trabajar. Añadir elementos como un tablero de corcho con metas y logros puede inspirarles y hacer que se sientan orgullosos de sus avances. Además, es importante limitar las distracciones, como el uso del teléfono móvil, mientras hacen sus deberes.
Establece Metas Realistas y Brinda Recompensas
Ayuda a los menores a establecer metas alcanzables. Esto no solo los motiva a completar tareas, sino que también les da un sentido de logro. Puedes realizar un plan de estudio donde definan qué materias necesitan abordar cada día. Al final de cada sesión de trabajo, considera implementar un sistema de recompensas: esto puede ser desde un tiempo extra para jugar video juegos hasta un pequeño obsequio. Recuerda, el refuerzo positivo es clave para mantener su entusiasmo.
Adicionalmente, fomentar la colaboración con amigos puede ser útil. Organizar sesiones de estudio grupales puede hacer que la tarea sea menos tediosa y más divertida. Así, los menores no solo aprenderán de sus compañeros, sino que también se sentirán más motivados al tener un apoyo social.
Finalmente, es importante recordar que cada niño es único. Lo que funciona para uno puede no funcionar para otro, así que prueba diferentes estrategias hasta encontrar las que mejor se adapten a cada menor. Con paciencia y dedicación, verás cómo poco a poco aumentan su interés y motivación hacia las tareas escolares.